domingo, 1 de marzo de 2015

VI. Semblanza de Manuel Chaves Nogales

Seguramente a nadie le sorprendió que Chaves Nogales se dedicara al oficio del periodismo. Y es que, ya desde muy joven acompañaba a su padre, también periodista, Manuel Chaves Rey, a la redacción de El Liberal, donde trabajaba. Nació en Sevilla, en 1897, y provenía de una familia, si bien de clase media, con un alto nivel cultural. De padre periodista, abuelo pintos y madre músico, él tampoco se queda atrás. Estudió Filosofía y Letras, sin abandonar su pasión por informar, y los simultaneó con estudios de Periodismo.

Con 23 años publica su primer libro, Narraciones maravillosas y biografías ejemplares de algunos grades hombres humildes y desconocidos (1920), mientras ejerce como redactor en dos publicaciones. Durante sus años activo, describió la vida de la España del siglo XX, mediante relatos, reportajes, crónicas, críticas... También trabajó el género de la entrevista, hablando con reyes, líderes políticos, como Winston Churchill, o religiosos, como al líder de la iglesia rusa, pasando por toreros y los miembros  del gobierno de la segunda República.

Amante de los viajes, reflejó la realidad europea en una época conflictiva, como su viaje a la URSS que se refleja en su libro La vuelta al mundo en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja (1929) o la revolución soviética que ilustra en Lo que ha quedado del imperio de los zares (1931), y gracias a su pasión por la aviación, se realizan las primeras fotografías aéreas.
Entre sus obras más famosas se encuentra Juan Belmonte, matador de toros, su vida y sus hazañas (1935), en la que entrevista al torero español Juan Belmonte, y que está considerado como uno de los mejores libros taurinos.

Se puso a servicio de la República, lo que más tarde, durante los primeros meses de la Guerra Civil, le obliga a marcharse al exilio en Francia. No obstante, durante la Guerra publica A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España (1937), que se pública en Chile, donde mediante una serie de relatos y de manera neutral, narra la violencia generada por ambos bandos durante el conflicto, incluido el bando que había, tiempo atrás, defendido él mismo. Muchos consideran esta obra gran representante de la Guerra Civil, incluso aunque aún quedaran 2 años para el final de la Guerra y aunque la escribiese no estando en el país, si no escribiendo desde Francia.

Con la llegada de las tropas nazis a Francia en 1940, su mujer y sus hijos vuelven a España, mientras que él viaja a Londres, donde, como muchos huidos durante la Guerra Civil Española, muere en 1944, quedándose sin la posibilidad de volver algún día al país que lo vio nacer y crecer, donde cultivó su arte y formó parte de su cultura.

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